domingo, diciembre 03, 2006

Crónica de una Sucesión


Mañana del primero de diciembre del dos mil seis. El cielo inusualmente despejado de la ciudad es el testigo. Frente al Palacio Nacional y a la Catedral Metropolitana, emblemas del poder político y eclesiástico de la hoy fragmentada república mexicana, cientos de miles de gargantas gritan su descontento:
No somos uno, no somos cien, pinche gobierno cuéntanos bien.
La determinación camina entre ésta gente, éstos que no reconocen ni reconocerán jamás a un gobierno nacido de la ilegitimidad, éstos que soportan sobre sus hombros las consecuencias de las crisis económicas, éstos que lo mismo son hoy carne de cañón que mañana carne de encuestas y nunca nada más que simples consumidores, éstos que han padecido la ignorancia, éstos que se han visto arrinconados en más de una ocasión por las armas del Estado, o peor aún, por la ineficiencia de sus gobiernos, éstos cientos y cientos de miles de almas que han aguantado al menos dos fraudes electorales en menos de veinte años.
Sin embargo y a pesar de la rabia no hay vidrios rotos ni gente lastimada. No hay disturbios ni desorden, lo que contradice las mañosas campañas mediáticas que acusan a éstos y a por lo menos quince millones más de ser "violentos", por el simple hecho de haber decidido que nadie más jamás les verá la cara de imbéciles, nunca más.


La marcha, variopinta y bizarra, y hágase el favor de entender en su profundidad éstos dos adjetivos por lo que implican en este discurso, la marcha, recorre las calles. Son los momentos previos a que se consume una Alta Traición en el Palacio Legislativo Federal: las fuerzas de la Reacción están por coronar a su peón, y el pueblo ha salido a manifestar su descontento.

Las fuerzas contrarias lo saben, y han puesto a las tropas en las calles. Por doquier se observa la presencia de gente uniformada, ojos que se mueven furtivamente en la oscuridad, en las calles, en los cafés, en el interior de los cines. Por la noche la ciudad vivió una batalla de baja intensidad y ahora la situación se acerca decididamente a un punto de no-retorno. La medianoche anterior los reaccionarios montaron una siniestra pantomima en la que valiéndose, como es usual en ellos, de los medios de comunicación, mostraron al espurio recibiendo simbólicamente el poder de su predecesor, el agorero del Cambio. Una grave provocación.

Ahora, si la marcha de la gente sigue adelante podría haber un enfrentamiento con las tropas armadas. La tensión es obvia, pero el pueblo lo sabe, ha sido testigo ya del manejo tendencioso de las imagenes en televisión, en donde se les ha tildado de agresores y se les ha etiquetado de todas las formas posibles en las que pueda manifestarse el desprecio y el odio, se les ha condenado y se les ha violentado. Oaxaca es ya tan sólo un botón de muestra, a pesar de lo añejo de su problemática que viene a sumarse a las de todos los estados de la Unión, derivadas del atraso y las consecuencias de la corrupción y ambición de los gobernantes de los años anteriores, que han ido vaciando las arcas y lo han monopolizado todo.

Pero a éstos manifestantes, a éstos inconformes, a éstos renegados ya nadie los engaña, ellos no buscan un enfrentamiento violento, saben que esa no es la ruta, tienen perfectamente claro que en ese nivel no pueden ni deben pelear. Basta por el momento con que los reaccionarios terminen de darse cuenta del lío en que se han metido al enfrentarse con un pueblo cuyas mentes ya no puede controlar, que ya no apoyarán sus estúpidos teletones, ni sus campañas burdas ni a sus ídolos idiotas, nunca más.

Ya en el Palacio Legislativo y tras ínfimos cuatro minutos de ceremonia, que fueron los que duró su presencia en el edificio, el usurpador ha sido investido con la Banda Presidencial entre gritos de protesta y mentadas de madre, nunca suficientes para los tipos de esa calaña. Y así, el Gran Fraude se ha consumado en el México del 2006.

Luego, rodeados por un aparatoso equipo de seguridad, se retiran del recinto el saliente y aquel chaparrito pelón de lentes, que apresuradamente se lleva la Banda Presidencial, sin detenerse, porque por el momento esa será su única bandera aunque esté manchada. Al fin y al cabo, la televisión hace milagros. Ese dicho, será cierto o no, quizá se pregunta el ilegítimo. Alguna vez lo fue, eso es cierto, pero ¿algún día volverá a serlo?

Entre el público asistente a la accidentada ceremonia de cambio de poderes, dos influyentes republicanos estadounidenses se miran discretamente de cuando en cuando, sorprendidos ante lo que ven. El mayúsculo alboroto no fue ni por un poco lo que ellos pensaban encontrar, ellos que están acostumbrados a invadir países y destruir recintos históricos. Está buena la acción, dicen que dijo Schwarzenegger cuando algún reportero mexicano le preguntó su opinión. El famoso governéitor seguramente estaba deseando que alguien lo invitara a recordar sus viejos tiempos y le prestara un AK47 y a un par de indios para practicar al tiro al blanco. George Bush padre, por su parte quizá pensó, mira nomás la clase de alimaña con la que se andaba juntando George junior, viendo al ranchero de Guanajuato y recién estrenado expresichente Vidente Fuck's salirse como tejón por una puerta lateral del Congreso rodeado de guaruras, perseguido por la oposición, en lugar de hacerlo como los verdaderos hombres, a la texana, con mucho ruido de pistolas, mirada fija y penetrante debajo de un sombrero polvoriento y golpeteo de espuelas en la tierra seca.

La mañana del primero de diciembre del dos mil seis el pueblo se detuvo a calles de distancia del Palacio Legislativo de San Lázaro, decidió no seguir adelante con su marcha y así lo manifestó públicamente, para que todos lo escucharan, incluidos los medios vendidos, que ninguna mención hicieron de ésta multitudinaria manifestación, incluidos los miembros de las distintas fuerzas de choque, oficiales y no oficiales, que inundaban las calles y se preparaban para abatirles a punta de plomo y garrote, incluidos también los agentes de Gobernación, los provocadores, los infiltrados y todos aquellos que apoyaron éste fraude, por igual con su silencio que con su aquiescencia y colaboración.
Ahora, la lucha sigue, como lo dijo Zapata, pero ésta vez no requerirá de pólvora ni uso de tanketas, como no sea que de ese modo les quieran obligar a ver los partidos de futbol, las telenovelas o a regalar de confianza un voto más, así sea útil o no. A partir de ahora las cosas cambian: ¡No somos uno, no somos cien, pinche gobierno cuéntanos bien! truenan las consignas mientras esos, que han tomado las calles una vez más, proclaman el nacimiento y larga vida de la Cuarta República.

Acuérdate bien, le dicen los renegados al sistema, acuérdate de nosotros mientras consumes tu costoso whisky y aspiras la cocaína de tu soberbia en tus yates pagados con dinero sucio, acuérdate de nosotros mientras respiras, duermes, comes y cojes a nuestras costillas, tú y las 39 familias de sangre azul que te soportan mientras somos nosotros los que soportamos tus estupideces y tu podredumbre:



¡No nos seguirás viendo la cara, nunca más!

8 comentarios:

Gaby del Río dijo...

Solo puedo decir una cosa, (repetirla) ese Fecalito miope, entró por la puerta de atras, así inició su gobierno, así terminará, con unas cuantas patadas en los tana... y otras cuantas en el trasero, de el pueblo y de la gente que lo rodea ahora. Así como a Fox, después de un mes de inicio de su gobierno, su misma gente lo llamaba pendejo, la gente que votó por el se daba golpes en la cabeza al darse cuenta de su grave error, a ver cuanto les dura éste.....
Besos
:)

Recursos para tu blog - Ferip - dijo...

Yo espero que el pueblo sufra lo menos posible...Siempre lo mismo....

Gracias por "lookear" en azul ...azul: azul. :)

Este Bardo...tiene que ver con el del pueblo de Asterix?...;?

Grimalkin el Bardo dijo...

Por ahora nuestra atención debe estar también en la estabilidad y el orden, porque sin importar el tiempo que dure el usurpador en la silla presidencial, la garantía de permanencia del país se debe preservar.
Ese es nuestro trabajo diario, Gaby querida.

Ferí, me declaro amigo del club de Asterix, cuyas aventuras aún me divierten cuando tengo ganas de leer cosas divertidas, y sólo tengo que estirar la mano al librero para darme una vuelta por las Galias con éstos camaradas.
Pero Grimalkin el Bardo tiene su propia historia, en la que se ha negado a permitir que se le ate a algún árbol y se le coloque un pañuelo sobre la boca...

;)

Saludos

el fantasma de la libertad dijo...

Amigos,

saben que nunca "publicito masivamente", pero los invito a pasar por mi blog para que voten sobre un asunto "maravilloso".

Ojalá se tomen el tiempo y lo hagan, lo apreciaría muchísimo,

Espectrales saludos!

Anónimo dijo...

"Acuérdate bien, le dicen al Sistema, de nosotros mientras consumes tu costoso whisky y aspiras la cocaína de tu soberbia, acuérdate de nosotros mientras respiras, duermes, comes y coges a nuestras costillas, tú y las 39 familias que te soportan".
Cuando se dicen verdades tan contundentes, hermano, es poco lo que queda por agregar, pero ojalá sean muchos los ojos que pasen por esta tribuna y respiren estas ideas. Vale la pena.

Anónimo dijo...

Mi Gabo, estas son las cosas que tienen que forjar la historia de los paises y su gente. Ya ha ocurrido en el pasado, ocurre en el presente, y si no nos ponemos al tiro, ocurrirá de nuevo en seis años.
Cuanto tiempo más vamos a seguir desorganizados?
Cuantos de ustédes no pertenecen a alguna celula activa?
Cuantos de ustedes no se peléan con otros como nosotros cuando nos atajan el paso en periférico, cuando no lo damos?
Esa es la metáfora?
Yo no lo vi como la coronación de un rey (así, con minúsculas) yo observé a un imbécil subiendo a la antesala de la guillotina. Mi mano está en el colectivo que jalará la cuerda.
Ese no es mi presidente, y mi país no es el que gobiernan.
Víctor.

Recursos para tu blog - Ferip - dijo...

Pasé para darles fuerzas!!!!

Un abrazo Latino y Americano!!! ;)

Recursos para tu blog - Ferip - dijo...

Querido Grimalkyn: sos el día 20/12/07 del almanaque!!!
Gracias por compartir tu tiempo conmigo!!!

:))))))))
Ferip