sábado, septiembre 16, 2006

Tres visiones del Grito


1

El 15 de septiembre de 2006 amaneció soleado y limpio, como hace tiempo no se veía en ésta ciudad. Las primeras fiestas de la Independencia Nacional fueron en las escuelas de todo el país. Papeles de colores, desfiles, discursos estudiantiles, vivaméxicos por doquier, en voz de pequeños alegres y confiados, felices en medio de la celebración, ajenos a cualquier tipo de problemática.
Cuántos de ellos crecerán dispuestos a luchar por su país. Cuántos estarán dispuestos a mentir por el poder. Cuántos de ellos serán capaces de tolerar la corrupción y la mentira a cambio de una vida mediocre y apacible.
Por hoy eso no importa. Sus caritas felices reflejan un sólo sentimiento de emoción. Para ellos Viva México no tiene más resonancia que la que les han contado: Hoy es día de Fiesta.

2

Por la noche las familias se reunieron, los amigos se volvieron a encontrar, la fiesta se volvió institucional, o pretendió hacerlo. Pero por las calles de la ciudad hubo silencio. Salvo algunos borrachines de siempre, para quienes da lo mismo 15 de septiembre que 20 de agosto, y quizá algunos convencidos aún de que su decisión de no levantar la voz es lo mejor para el país, quienes pusieron algunos extraños tonos festivos a ésta noche, primera en su clase en muchos años de ceguera voluntaria.
Pocas luces, poca celebración, mucho silencio. Pero en el fondo un ánimo nuevo, un destello, el aviso de un nuevo despertar.

3

En el centro, la Plaza Mayor está tomada. Los gritos ya no son más el eco de la voz presidencial. El titular del Ejecutivo ha tenido que aceptar su condición de indeseable en una ciudad que mayoritariamente le detesta. En lugar suyo, el alcalde de la capital ha hecho los honores, acompañado por el encargado de la política interior, que ha resistido los gritos y las mentadas de madre del pueblo con un gesto aparentemente impasible.
Lejos de allí, en otra ciudad, cuna del momento histórico que ésta noche se celebra, el presidente ha llegado rodeado por un dispositivo de seguridad pocas veces visto: sabe que hasta allá pueden llegar las protestas, los gritos, la gente exigiéndole satisfacción. Ha tenido miedo, por eso se ha marchado disfrazando el hecho con una versión absurda, estúpida: No existen las condiciones para garantizar la seguridad de la gente. Ha mandado decir que "grupos radicales de la Coalición de la Izquierda" amenazan con "matar ciudadanos" en plena fiesta.
Ésto resulta absurdo si consideramos que la Coalición ha encabezado un movimiento que en 48 días de resistencia no ha causado un solo cristal roto. No. Ésto es una provocación. Porque de ser cierto, quizá se trate de grupos radicales como el Yunque, al que pertenecen muchos de los secretarios de estado, como el que ha acompañado la ceremonia, o quienes flanquean a ese títere al que ahora planean sentar en la silla presidencial, gente proveniente del MURO, el CARA, o la Sociedad de Padres de Familia, a cuál más peligroso, radical y violento.

La gente de la ciudad celebra su triunfo.
Ésta noche brindamos por la expulsión del traidor, y por la unidad entre nosotros.
Ésta noche celebramos la Independencia.

No hay comentarios.: