miércoles, noviembre 15, 2006

Negocios familiares

No me gusta el futbol. Esa es una de las razones por las que dejé de ver la televisión, harto de las imágenes estereotipadas de sujetos adictos al balompié, cerveceros y machines. Me parece que más allá de las bondades que éste deporte pueda tener en tanto que es un motor de la actividad física, es un factor utilizado como un arma enajenante. Muchos de quienes gustan del fútbol sostienen posiciones marcadamente sexistas para condenar a quienes no son partícipes del mismo gusto, alimentando la homofobia y denigrando al género femenino.

Mi disgusto por el futbol es movido, además, desde mi posición como músico: encuentro irritante la cantidad de atención que se le pone a éste negocio.

Pero además de todo, no lo entiendo.

El caso es que en un país en donde el fútbol posee un lugar tan privilegiado no hay salida, y de vez en cuando hay que soplarse una cascarita.




En el campo, los jugadores del Santos Laguna ejecutan un partido rebosante de güeva. Han venido a la Ciudad de México para ser recibidos por los altos directivos de la Cervecería Modelo, quien los ha recuperado de la barranca luego de un litigio originado por los problemas legales de su antiguo dueño, el ya famoso empresario Carlos Ahumada, quien se encuentra recluído en la cárcel luego de una feroz escaramuza con el líder de la izquierda mexicana. La empresa cervecera los ha retomado al grito de todos con el deporte, aunque por lo avanzado de la temporada es probable que no alcancen ni un último lugar.

Pero es la estrategia. Grupo Modelo es dirigido por personas a las que les gusta estar en todo. Así, las marcas de ésta empresa aparecen en todas partes, lo mismo en un partido de fútbol que en un concierto de rock o en el lacrimógeno Teletón, arma perfecta para dar golpes de pecho, junto a firmas como Grupo Carso del omnipotente Carlos Slim, Bimbo, Danone y Bancomer, empresas que tienen en común, también, estar en la lista de las marcas del boicot, aquellas que se sabe que apoyaron de alguna manera el burdo proceso electoral de julio pasado y siguen cooperando para enterrar las huellas del monumental fraude que se cometió.
Todas éstas marcas están en la cartera de la poderosa agencia de comunicación y publicidad Media Planning que, días después de la cascarita del Santos Laguna, organizó una espectacular fiesta en la colonia Chapultepec para dar a conocer sus estrategias a seguir para incrementar su poder en el mercado. El primer orador de la noche es Pedro Ferriz de Con, la cabeza de Grupo Imagen, quien comienza su intervención con una broma macabra. Hace unos momentos pensaba, dice con su voz aguda, qué es lo que pasaría si de pronto el techo se cayera sobre todos los que estamos aquí, ¿quién se salvaría?

La muchedumbre se agita, descontrolada ante lo escuchado, volviendo la vista al techo señalado, alto y de pétrea construcción.

Se salvaría México, dice Ferriz de Con tras una pausa, y comienza a reir a carcajadas. Una especie de risita malévola recorre también al público. El lugar está lleno con las personas más influyentes en las comunicaciones de éste país. Agencias de medios, medios impresos y radiofónicos, televisión, internet. Muchos están ahí, esa noche. El orador comienza a hablar de los cambios que se avecinan, de las promesas jugosas del mercado. Mucho dinero el que se va a mover, se entiende. Y de refilón, toca el tema político, éste locutor, éste informador, que ahora dice, estuvo cerca la bala, refiriéndose a lo ocurrido con el proceso electoral, regocijándose de lo ocurrido. Todos allí lo hacen, sus intereses fueron puestos a salvo, es lo que se entiende al observarles.



Pero podemos estar tranquilos, continúa el orador: viene lo que podrían ser los mejores seis años de nuestras vidas. Poco falta para que todos se froten las manos, aunque los murmullos aprobatorios hablan por sí solos. Brindemos por la salud de la Famiglia, le ha faltado decir.

Afuera, la noche termina de recorrer con su falda nocturna el cielo de la ciudad. Todos los días se toman importantes decisiones, para las que no es preciso el concurso de las mayorías ignorantes e ignoradas, embobadas con el aliento contaminado de los medios.

A las masas, Pan y Circo. Y deje usted ahí los dineros, que de eso hay quien se encargue...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ups, creo que indebidamente me salté este texto ¿o no? No lo sé, pero está fabuloso. Esto, mi querido hermano, se llama hacer una crónica perfecta. Lo dicho, es el periodista que llevas dentro. Abrazos.

Grimalkin el Bardo dijo...

Me acuerdo perfectamente cuando la maestra llegaba hasta mí y me ponía algo por mi esfuerzo, como ese sellito de abeja trabajadora, que me gustaba tanto. Gracias mil.

Un beso, hermana.