viernes, agosto 11, 2006

Moderasco


O el rock, como lo entiende la Derecha.

La televisión es un juguete, las estaciones de radio, la prensa, son también juguetes que están ahí para el divertimento del ocioso y del mezquino con dinero y pedigree suficientes. El mundo entero es un juguete para el junior con mucha lana y poco seso, mejor aún si su papá tiene las llaves para abrir las puertas del salón de juegos, del estudio de grabación, para inventarse que se es un ídolo, para creerse músico y emprender la misión de "salvar al rock" (de quién, de quiénes?).

Moderatto comenzó como una broma de malo, pésimo gusto, y lo sigue siendo, aunque muchos, ellos incluídos, parecen tomárselo muy en serio. Hace cerca de cinco años, cuando estaban comenzando su show, mucha gente se descontroló con el asunto, decían, el cha de fobia y uno de los microchips armaron una banda de rock y para entrevistarlos tienes qué seguirles el juego, si no no te contestan porque están muy metidos en su papel. Y así era, se llegaba con ellos y todo era pose, había que seguirles el juego o no daban entrevista. Por supuesto que todos los medios, incluso los que se decían serios. se alinearon y les ayudaron a mantener la babosa historia con la que se presentaron: al grito de Nuestra-misión-es-salvar-al-rock, ni más, ni menos.

Pero la realidad era que la banda era muy mediocre, su primer video, de un cóver de la anodina canción Isabel que hiciera famosa el no menos infumable Luis Miguel era terrible, pero el sonido era aún peor, los músicos hacían lo que podían, pero la voz del microchip tiraba al traste con todo el número. Sin embargo, los medios estaban alineados y no sólo les seguían el juego, sino que alentaban en sus espacios la idea de que se trataba de una banda "de verdad", y no el experimento de un grupúsculo de televisos que, una vez posicionados, acabarían por monopolizar para sí mismos y en detrimento de la música, el uso de estudios de grabación y medios de difusión, ayudando a mantener cerrados los espacios para las propuestas genuinas.

Por otro lado, lo ridículo de su propuesta no dejaba resquicio para el más mínimo respeto: su idea de salvar al rock era vestirse como Skid Row y demás exponentes del glam rock anglosajón (explotando su herencia de memoria aspiracional, de gente alienada por el american dream) y tocar así vestidos canciones de Parchís y Timbiriche, y otros exponentes de lo peor de la cultura de la televisión, lo mismo que hizo ese seudotrovador llamado Nicho Hinojosa.

Para Moderatto el rock era solo un accesorio, la música les importaba poco, se trataba de copiar, por enésima vez, un modelo prestado, en éste caso de grupos como The Darkness, tal y como hicieron los roqueros mexicanos en los sesentas.
Pero lo peor no fue eso: porque en un país dominado por las mafias es lógico tener bandas de rock de éste nivel. El problema está en la gente que compró la mentira.

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