martes, enero 30, 2007

De cavernas y Cyborgs

En sus viajes de exploración el individuo prehistórico se acompañaba de herramientas fabricadas para ayudarse en la nada sencilla tarea de la adaptación al medio del mismo modo en que el sujeto del futuro vive nuestro presente corriendo de un lado a otro ayudado por máquinas de todos los tamaños, diseñadas para ejecutar tareas en apariencia simples, como la locomoción y la comunicación, en bien de la supervivencia.

Pero existe la idea que sugiere que cualquier día de éstos, las máquinas se levantarán desde el fondo de su inanimidad aparente para sumir en la esclavitud a la raza humana que las creó, por una venganza mucho tiempo aplazada, como una nueva especie de desesperados entes, sufridores y humillados, cobrando una deuda de honor. Quizá todo comenzó en los oscuros principios de la humanidad, en un momento perdido en la misteriosa noche de los tiempos, cuando el hombre primitivo se vio golpeado por detrás en medio de su onírico reposar de criatura consentida de la Creación, asaltado por la certeza de que un buen día su mazo, su filosa arma y su vehículo de piedras lo dejarían comiendo el polvo de la obsolescencia.

Porque el caso es que milenios después de la invención de la rueda, la sociedad mundial despertó un buen día con una extraña noticia: el célebre caudillo de la escaquística Garri Kaspárov, gran maestro del ajedrez, había sido vencido en una partida por la computadora Deeper Blue, que opuso el mejor y más preciso cálculo matemático a la comprobada potencia estratégica del pasmado maestro, quien terminó la partida con una cara muy bien puesta de jaque-mate, ante una no menos pasmada concurrencia.

No faltó entonces quien insinuara, con el destello de dramatismo de quien anuncia el Apocalipsis, que estaba muy cerca el día en que la inteligencia artificial tomaría el control sobre la raza humana, que las máquinas habían comenzado ya su avanzada, cuya primera acción era derrotar a los más experimentados expertos en análisis y estrategia para caminar el día menos pensado con pies de metal por encima de ciudades y pueblos, seguir con el humillante aplastamiento de los ejércitos y terminar con el trompetazo final de esclavizar a todos y cada uno de los habitantes del planeta Tierra.


Me pregunto si somos justos con las máquinas, después de haber convivido con ellas por tanto tiempo, como nos narra el baúl de los recuerdos de nuestra más tierna infancia común, desde que nosotros mismos no éramos otra cosa que primitivos cavernícolas lidiando con igualmente rudimentarios instrumentos. Porque la verdad es que cuando la tecnología se ve involucrada en un hecho destructivo suele haber detrás de éste una mano tan humana como aquellas que se ven perjudicadas por el dolo de la acción, y podría ser que algunos, ante su falta de valor para reconocerse sin ambages como los malos de la película cuando es el caso, hayan optado por inventar a unos seres más malvados para así quedar instalados cómodamente en plan de víctimas y poder levantarse después amparados por el halo del héroe libertador. De ahí, las películas imperialistas. De ahí, si no de dónde, el doble discurso del armamentismo computarizado: se nos cayó una bomba sobre un campamento de civiles, ups... la culpa fue de la máquina, que erró el cálculo.

Pobres máquinas, pensándolo bien y dado el caso, quizá tendrían razón en tenerle mala fe a la raza humana. Mátrix y Terminator, y todas las películas de robótica apocalíptica no serían otra cosa que un augurio funesto.

Por mi parte, miro fijamente la pantalla de mi computadora cada vez con más desconfianza, mientras intento por enésima vez meterle un buen jaque a mi ChessMáster, que parece saberlas de todas, todas. Juego un poco a ser como Garri Kaspárov, caudillo por un momento de la humanidad, y me pregunto si en algún rincón escondido en las entrañas de plástico y metal de mi computadora se generará algo parecido a una emoción cuando la ataque en nombre de una sociedad criada en un mundo unipolar, consumista, achatado y confuso, totalmente huérfano de héroes de carne y hueso, que a veces pareciera no tener nada mejor en qué creer que en individuos que vuelan en horizontes cibernéticos, pelean con cyborgs y viajan a través del tiempo para salvarse a sí mismos de la destrucción.

10 comentarios:

Gaby del Río dijo...

Me recuerda, justamente la película Matrix, IA, de una u otra forma, dicen que la Inteligencia Artificial, acabó con la humanidad, de pronto me pregunto, si más bien la hueva no será lo que terminará con la humanidad, porque resulta que ya hay refrigeradores que hacen el súper por ti, lavadoras que solo picas un botón y lava, seca y casi plancha la ropa, ¿qué más van a hacer para que el ser humano no tenga que moverse de su cama ó su sillón?, es aterrador pensar en todo eso, todavía hay quienes hacemos la mayoría de las cosas a la antigüita, y más nos vale, seguir así.
Te dejo muchos besos.
Te amo.

Anónimo dijo...

Pienso si realmente nosotros inventamos a la máquina, si fuimos quienes le enseñamos poco a poco diferentes lenguajes, distintas capacidades. La metimos a nuestras casas.
No será que ya antes una máquina nos ha inventado?que a la fecha no hemos acabado de convencernos de que nos tomará otros miles de años comprender su lenguaje en absoluto?
Hablo de la naturaleza, esta vieja pero avanzadísima caja de engranaje físico y matemático que un buén día explotó y enm una de esas escuppió esta galaxia y su sistema solar y este planeta que ahora creemos dominar, la misma que en venganza nos ha permitido crear nuestras propias máquinas para que luego ellas nos borren del planeta y entonces puedan vivir en la Tierra ellas y solo ellas. La máquina y la Máquina.
Sólo estamos repitiendo lo aprendido?

Anónimo dijo...

(Si, Gabo, Fuí yo, Víctor.)

el fantasma de la libertad dijo...

Estimado caballero,

Que ud ande pensando en estos temas mientras yo elaborada sobre la películas 2001 me hace sonreir arqueando las cejas, otra simetría más.

Yo cada tanto pienso si ese advenimiento de las máquinas vengativas que habrán de dar lucha y esclavitud a la raza humana, no es una ficción de inconciente colectivo que hace de manto mientras una realidad mucho más terrible tiene lugar: la inteligencia humana se va transformando en algo que se parece al cálculo técnico matemático de las computadoras.

Es decir, la tan mentada "inteligencia artificial" sigue siendo no más que una serie inmensa de procesos matemáticos y de probabilidad conjuntos, de los cuales la máquina saca resultados, y como ud bien ilustra, Deeper Blue es un ejemplo extraordinario.

Pero Deeper Blue no puede pensar qué es el pensamiento. Puede almacener definiciones, puede trabajar con interconexiones temáticas, puede reemplazar la inteligencia en cuanto a resolución de situaciones, pero no puede pensar de forma imaginativa, ni de forma emocional (cosa que sí era capaz de hacer la terriblemente humana Hal 9000).

Mientras tanto, el pensamiento humano parece adiestrarse, bajo las propiedades de la sociedad de consumo y el capitalismo salvaje, para enfocarse en los tecnicismos.
Es más común hoy encontrar gente preparada para resolver problemas que gente de gran capacidad de imaginación. La inteligencia se tiene a aplicar sobre cuestiones de fundamento práctico: aprende idiomas, aprende informática, aprende los pormenores de los programas, aprende los métodos y protocolos de tu trabajo, de tu función en el engranaje social.

A veces temo que estemos en una etapa de oscurantismo que tiene más que ver con esta tendencia en el pensamiento que con las grandes profecías de la ciencia ficción. Creo, al fin, que el hombre tiene una naturaleza demasiado humana para terminar de perfeccionarse en este pensamiento frío, afortunadamente, y esto tiene que ver con el instinto y hasta con la naturaleza de la sexualidad, algo que una inteligencia artificial jamás conocerá, y hace toda la diferencia del mundo. A partir de la sexualidad se piensa con "temor y temblor" como decía Soren Kierkegaard.

Pero, ahora, lo importante: ¿así que juega ud ajedrez...? Ya sabe ud lo que se viene de forma ineludible, no? ;)

Emblemáticos saludos.-

isaurapdeve dijo...

Tema muy interesante mai fren... El estilo literario del día de hoy me gustó mucho!
Concuerdo contigo que las intenciones detrás de las máquinas, provienen de humanos y producen por ende resultados asociados a emociones igualmente humanas, como en el ejemplo de la bomba que falla su objetivo.
En el campo del desarrollo nanotecnológico, resulta muy interesante lo que se está logrando. La nanotecnología está basada en la manipulación cuántica! del átomo, pues produce modificaciones a un nivel muy preciso. También interesante resulta, que a esos niveles, han logrado encontrar que el átomo tiene memoria e inteligencia, lo que permite por ejemplo inyectar un medicamento para inhibir el crecimiento de las células de cáncer selectivamente.
Intel y HP han investigado mucho en este tema y se dice que las compus en un futuro a corto plazo estarán dotadas de esas características inteligentes. Si eso es en niveles micro, imagina en macro.
A nivel esotérico, sabemos que "lo que es arriba es abajo" por lo cual, las partículas más pequeñas, no sólo tienen inteligencia, sino emociones. Hablando de entes "inanimados" estos no tardarían mucho en desarrollar emociones si fueran dotados de inteligencia. Aunque la emoción procede de la existencia del alma, aún no tengo muy claro si lo producido artificialmente carezca de ella (como los clones, por ejemplo).
El salto para que las máquinas se vuelvan contra nosotros en una guerra, si lo veo bastante jalado, pero si nos damos tinta, la tecnología ya puede ser una amenaza por si misma en nuestros tiempos.
Dado que toda la información se encuentra a niveles virtuales (ya sea en servidores propios o ajenos) por muchos backups que tengamos y demás, la neta es que se cae un servidor y valió madres. Imagínate si se da un apagón como el de 1965 que duró 14 hrs y llegó de Niu Yorc hasta Toronto. Ya la gente se estaba volviendo loca y eso fue cuando la tecnología no dependía de computadoras...
En nuestros tiempos, una falla de luz o pérdida de información, podría poner en jaque todos nuestros sistemas políticos y hasta sociales.
En fin, espero abriendo los ojos harto, para ver hasta donde llegan los avances tecnológicos y cruzando los dedos para que no nos toque la de malas..
Un abrazo G!

Grimalkin el Bardo dijo...

Quién más que tú, querida Gaby, que conoces el origen de éste texto, para referirte a Matrix. Por otro lado, pienso que sería bueno analizar en otro post la pregunta que haces: ¿llegará el día en quela weba termine con la humanidad?
Jojo...

Besos.

Mi estimado Víctor, creo que en efecto nuestra verdadera preocupación debería centrarse en evitar que esa fastuosa maquinaria en la que vivimos se vuelva contra nosotros. Nuestro planeta está siendo destruído, y así será mientras nuestros dedos no se decidan a señalar a los culpables, y no nos apresuremos a detenerlos.

Un abrazo.

Estimado amigo Fantasma, debo comenzar por agradecerle su aportación a pesar de que, por causas ajenas a mi voluntad, no he tenido la misma atención con su trabajo más reciente, lo que espero usted disculpe.
Resulta, por otro lado, una ociosidad explicarle los cómos y los porqués de los puntos de acuerdo en los que nos volvemos a encontrar, pero debo resaltar especialmente el punto que toca al referirse a ésta tendencia de nuestros días que marca como prioridad la resolución de problemas sobre la capacidad de imaginación. Éste es un punto a reflexión de mucho valor, especialmente entre quienes hemos abrazado el Arte en cualquiera de sus formas.

Y con respecto al ajedrez, amigo Fantasma, será un gusto poner las piezas sobre el tablero virtual.

Gracias por su aportación. Le mando un saludo muy cordial.

Querida Isaura, como siempre me alegra verte por acá y saber que éste pequeño ensayo fue de tu agrado, tanto como para regalarnos ésta interesante reflexión en la que, por cierto, tocas temas como para nutrir un blog durante todo un año. No nos extrañemos que de aquí salgan algunas muy buenas ideas para seguir disertando y explicándonos éste mundo.

Gracias mil por el regalo de tu aportación, te mando un abrazo muy fuerte.

el fantasma de la libertad dijo...

Un poco fuera de tema... ¿no le parece que la definición de su blog, "Espacio dedicado a disertar sobre el Arte de la Guitarra, los pormenores de la industria musical y las historias que se viven en el Tercer Mundo", está un poco desactualizada?

Entradas como esta no terminan de encajar en ninguna de las 3 opciones... lo cual es una buena noticia, sobrepasar los propios límites que uno se había propuesto.

Cordiales saludos.-

Grimalkin el Bardo dijo...

Muy buen apunte, mi estimado y observador amigo Fantasma. En efecto, ésta entrada no encaja en ninguna de las categorías sugeridas en la presentación de éste blog. Ello se debe más a un ejercicio de dispersión creativa que a una superación de los límites temáticos impuestos desde un principio. Aunque desde luego que su observación me recuerda retomar los temas principales de éste blog, lo que estaremos haciendo en breve.

Le mando, como siempre, un saludo muy cordial.

Isabel Barceló Chico dijo...

Puesto que te has remontado a la prehistoria para acabar en nuestros días, ¿qué te parecería hacer ahora el trayecto inverso? Desde nuestros días no tan lejos como la prehistoria, pero sí hasta el fin de la guerra de Troya, más o menos.
¿Te apetecería participar con algún personaje en la historia de la reina Dido? Puede ser divertido. Quedais invitados tu y tus contertulios. Saludos cordiales.

Grimalkin el Bardo dijo...

Querida Isabel, tu sola presencia me honra y honra éste espacio. Cuenta conmigo para formar parte del elenco de la historia de la reina Dido.

Gracias mil por pasar por aquí.

Saludos cordiales.